Concepto de ciudad
Con el nombre de
ciudad se designan realidades extremadamente diferentes: la localidad portuguesa de
Trancoso (izquierda), desde 2004 supera los 10 000 habitantes (10 889), con lo que cumple el criterio numérico habitualmente empleado. Por otra parte,
Madrid (derecha), con 3 213 271 habitantes, es muy habitualmente designada con su título medieval de
villa, o con su doble condición de
Villa y Corte.
La
Conferencia Europea de Estadística de Praga, celebrada en 1966, propuso, sin aceptación, considerar como ciudades las aglomeraciones de más de 10 000 habitantes y las de entre 2000 y 10 000 habitantes siempre que la población dedicada a la agricultura no excediera del 25 % sobre el total.[4] A partir de 10 000 habitantes, todas las aglomeraciones se consideran ciudades, siempre que estos se encuentren concentrados, generalmente en edificaciones colectivas y en altura, y se dediquen fundamentalmente a actividades de los sectores secundario y terciario (industria, comercio y servicios). Esta definición ha quedado en desuso, por lo que, a falta de una regla global, cada país ha creado sus propias reglas adaptadas a sus características particulares.
La
Ciudad de México y su zona metropolitana cuenta con más de 20 millones de habitantes
El concepto político de ciudad se aplica principalmente a conglomerados urbanos con entidad de capitalidad y mayor importancia en la región y que asume los poderes del Estado o nación. Será la ciudad capitalina, pero por extensión se aplica la denominación a cualquiera entidad administrativa con alguna autonomía a nivel de municipio, siendo las demás denominaciones, como pueblo, genéricas y optativas.
No todas las ciudades se caracterizan por los grandes rascacielos.
[cita requerida] En Europa, ciudades clásicas como
Lisboa destacan por una arquitectura de edificios de estilo conservador.
En el concepto religioso, tanto en la Alta Edad Media como en otros periodos como el Renacimiento y anteriormente al siglo XII, solo era ciudad la que dentro de sus murallas tuviera una catedral donde un obispo ostentase su propia cátedra; ya que en el pasado las catedrales eran también centros docentes. En algunos países europeos como Francia o España, durante la Edad Media y la Inquisición, dentro del concepto político solo fue considerada ciudad como tal la que tuviese su propia catedral o que fuese sede de una arquidiócesis, llegándose a dar el caso de que en una misma ciudad con más de una arquidiócesis se construyese más de una catedral, en dedicación a cada patrón.
Es pues una definición administrativa del estado político, región geográfica o comunidad autónoma, que tienen una ciudad central y pueblos o ciudades menores. La geografía urbana y la sociología urbana estudian ambos aspectos desde el punto de vista de la geografía humana y la sociología con la ecología humana. Asimismo, la ecología urbana estudia la ciudad como un ecosistema y analiza los flujos de materia y energía entre la ciudad y su entorno.
Distintas definiciones
La definición de lo que se entiende bajo el concepto de «ciudad» no solo varía según las específicas leyes o reglamentos de cada país, sino también conforme a las distintas apreciaciones de cada especialista. Algunas de estas interpretaciones son:
Max Sorre: una aglomeración de hombres más o menos considerable, densa y permanente, con un elevado grado de organización social: generalmente independiente para su alimentación del territorio sobre el cual se desarrolla, e implicando por su sistema una vida de relaciones activas, necesarias para el sostenimiento de su industria, de su comercio y de sus funciones.[5]
Max Derruau: La ciudad es una aglomeración importante organizada para la vida colectiva y en la que una parte notable de la población vive de actividades no agrícolas.[6]
Kingsley Davis: Una ciudad es una comunidad de considerable magnitud y de elevada densidad de población que alberga en su seno una gran variedad de trabajadores especializados no agrícolas, amén de una élite cultural e intelectual.[7]
Manuel de Terán: Es una agrupación más o menos grande de hombres sobre un espacio relativamente pequeño, que ocupan densamente, que utilizan y organizan para habitar y hacer su vida, de acuerdo con su estructura social y su actividad económica y cultural.[8]
P. George: las "pequeñas ciudades" son: las agrupaciones densas de viviendas en el interior de las cuales todos los desplazamientos funcionales se realizarían a pie; esto lleva a individualizar núcleos cuya población oscila entre menos de 10 000 y más de 50 000 habitantes, según las regiones.[9]
La ciudad es una realidad física, tangible. Pero también es, inequívocamente, una construcción social: es el proyecto de una sociedad, de un lugar y un momento determinado, con su ideología, su cultura, su ética y sus valores, sus relaciones sociales en interdependencia con una economía siempre compleja.[10]
El Diccionario de la Academia Francesa (Dictionnaire de l'Académie française), desde la edición de 1694 hasta la de 1835, definió a la ciudad como «la reunión de muchas casas dispuestas en calles y encerradas dentro de un recinto común que suele ser de muros y fosos».
El Diccionario de la lengua española, de la Real Academia Española, define a la ciudad como un «conjunto de edificios y calles, regidos por un ayuntamiento, cuya población densa y numerosa se dedica por lo común a actividades no agrícolas».
El título de ciudad
Lima, con una población de más de 10 millones de habitantes, es la tercera ciudad de
habla hispana más poblada.
En la organización política del territorio, en las que los diversos núcleos poblacionales tenían diferentes privilegios, el título de ciudad se le daba a algunos de ellos y les otorgaba mayores preferencias que a las villas. En el mismo sentido que las villas, que solían obedecer al fuero común otorgado por el rey (usualmente era su fundador), al contrario de las anteiglesias o aldeas (núcleos de población bajo la jurisdicción de un Señor), el estatus de ciudad era el reconocimiento de algún hecho singular en el que la población había participado activamente.
Nomenclátores de España
En los nomenclátores de España, existen los títulos de «ciudad» y «villa», tratándose de calificaciones otorgadas o tradicionalmente reconocidas. Ambas categorías corresponden, mayoritariamente, a entidades urbanas. La distinción entre ambas se corresponde a criterios históricos. Así, según el Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española, una de las acepciones de ciudad es:
4. Título de algunas poblaciones que gozaban de mayores preeminencias que las villas.
La diferenciación entre ciudad y villa no guarda ninguna relación con el tamaño o importancia actual de la entidad. Por ejemplo, la villa de Madrid es la capital de España y supera en número de habitantes a la ciudad de Barcelona.
Nomencladores de Cuba
La Oficina Nacional de Estadísticas de Cuba[11] reconoce como ciudad a las poblaciones urbanas de más de 20 000 habitantes, mientras que las poblaciones de carácter urbano entre 2000 y 20 000 habitantes son catalogados como pueblos. Dentro de las ciudades se distinguen tres categorías:
- De primer orden (más de 100 000 hab)
- De segundo orden (más de 50 000 hab)
- De tercer orden (más de 20 000 hab)
Esta clasificación es independiente del estatus político-administrativo de la ciudad, no obstante 13 de las 15 capitales provinciales son ciudades de primer orden y 72 de los 168 municipios del país tienen como cabecera una ciudad.
Nomencladores de Chile
Durante la Colonia y el primer siglo de la República, la calidad de ciudad en Chile solo se podía obtener mediante decreto, fuera este real[13] y solo para el caso de aquellas localidades que previamente hubieran sido catalogadas de villa. Luego esta forma de catalogar a las ciudades fue dejada en desuso.
Actualmente, la calificación de ciudad es realizada, para efectos puramente estadísticos, por el Instituto Nacional de Estadísticas, que establece que son ciudades las localidades urbanas cuya población es igual o superior a los cinco mil (5000) habitantes.[14] También, clasifica las ciudades en: