Historia
Los Westwerke se erigieron principalmente durante la Alta Edad Media, en especial en el período carolingio, cuando se inauguró este modelo de fachada arquitectónica.
El Westwerk sobre todo se encontraba en los monasterios reales en que residían los reyes y los emperadores itinerantes del Imperio carolingio. Reservado a ellos y a su séquito, hasta la reforma cluniacense el Westwerk fue generalmente utilizado para finalidades seculares, por ejemplo como cancillería o aula de tribunal.[2] Desde un matroneo abierto al espacio interior de la iglesia, el soberano podía participar en la misa desde una posición más elevada.
En el período otoniano el modelo del Westwerk ya se había mezclado con otras formas de fachadas haciéndose indistinto, de tal modo que posteriormente no se edificaron más Westwerke puros.
La notable abadía imperial carolingia de St-Riquier in Centula, cerca de Amiens (Francia), tuvo uno de los primeros Westwerke conocidos. Pero solo es conocida por tradiciones iconográficas, por lo cual el aspecto exacto de su Westwerk solo puede reconstruirse hipotéticamente. El único verdadero Westwerk conservado del período carolingio se encuentra en la abadía de Corvey, aunque en ella la torre central fue suprimida y las torres laterales elevadas, de manera que hoy resulta la imagen de una fachada con dos torres.[3]