Creación y Organización
Si bien la idea de crear el Volkssturm se originó en 1935, no fue sino hasta la segunda mitad de 1944 cuando los líderes nazis abordaron seriamente la posibilidad de efectuar un reclutamiento masivo entre la población civil alemana, incluyendo a categorías de hombres que previamente habían estado exentas del servicio militar por su edad o condición socioeconómica. Al agravarse la situación militar de la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial, surgió en Hitler y el líder nazi Martin Bormann la idea de realizar una leva militar generalizada para cubrir las serias bajas sufridas por la Wehrmacht e instaurar en la población civil alemana una identificación total con el destino del régimen nazi, que estimularía la resistencia a una inminente invasión extranjera (situación que el pueblo alemán no vivía desde los días de Napoleón Bonaparte). Precisamente, el 130º aniversario de la Batalla de Leipzig de 1814 fue elegido como fecha para que Hitler pronunciara su discurso anunciando la creación del Volkssturm, en el que enfatizó que esta milicia sería la defensa final de Alemania contra las tropas foráneas que la amenazaban desde el este y el oeste.
Un oficial del Volkssturm enseña el uso de un
Panzerfaust a un combatiente mayor de 60 años en los preparativos de la defensa de
Berlín, a principios de
1945.
En los días posteriores, Martin Bormann, por orden directa de Hitler, reclutó casi seis millones de alemanes para formar una milicia nacional, entregando las respectivas órdenes a todos los Gauleiter nazis locales. La unidad básica del Volkssturm era un batallón de 642 hombres, compuestos en su mayoría por miembros de las Juventudes Hitlerianas, ancianos, inválidos y personas consideradas anteriormente no aptas para prestar servicio militar. Pese al esfuerzo inicial de Bormann, durante los últimos meses de la guerra el Volkssturm estuvo bajo el mando del jefe de las SS Heinrich Himmler y participó en la defensa de Berlín.
Rasgo notable del Volkssturm fue que, desde el principio, Hitler y Himmler insistieron no solo en la preparación estrictamente militar de los reclutas, sino además en llenar de fanatismo nazi a estas milicias, para así determinarlas a combatir hasta su aniquilación; por ello el Volkssturm no empezó a operar bajo el control directo de la Wehrmacht, sino bajo la dirección del mismo Partido Nazi, mediante sus jefes locales de cada ciudad o región.