Orígenes
Probablemente se originó en la Edad Media. El trece es el siguiente número primo después del doce (el doce, simbológicamente, sería tenido en gran estima, dadas su practicidad y cualidades matemáticas). Se ha relacionado con el hecho de que hubo 13 personas en la Última Cena de Jesús y que este último fue ejecutado poco después. Se ha relacionado también con el hecho de que un calendario lunisolar seguramente debe tener 13 meses en algunos años, mientras que el calendario solar gregoriano y el calendario lunar musulmán siempre tienen 12 meses en un año.
La triscaidecafobia puede haber afectado también a los vikingos; se cree que Loki, en el panteón nórdico, era el 13.º dios. Esto se "cristianizó" más tarde al decir que Satán era el 13.º ángel.
Otra relación que tiene con el viernes 13 es la captura y muerte de los Templarios, siendo quemados en la hoguera el día viernes 13 de octubre 1307. Ese día acabó el poder de los monjes guerreros, pudiendo achacar esto a la mala suerte. Pero también está relacionado con la maldición de Jacques de Molay, último gran maestre de los Templarios, que estando ya en la hoguera, convocó ante el tribunal de Dios al rey Felipe IV de Francia y al Papa Clemente V —quienes habían sido los artífices de aquella destrucción del orden del Temple—, muriendo los dos sin haber transcurrido el plazo de un año, tal como el gran maestre había predicho.
En general, el 13 se puede considerar un número "malo" sencillamente porque es uno más que 12, el cual es un número popularmente utilizado en muchas culturas (debido a que es un número altamente compuesto).