La referencias más conocida a Simón Mago se encuentra en el capítulo 8 de los Hechos de los Apóstoles. En él se relata que Simón, un mago de Samaria, fue convertido al cristianismo por Felipe el Evangelista. Cuando Pedro y Juan fueron enviados a Samaria, Simón les ofreció dinero a cambio del poder de transmitir el Espíritu Santo, proposición que ambos apóstoles rechazaron escandalizados. (De esta propuesta de Simón Mago deriva la palabra "simonía", que designa el pecado consistente en pagar por obtener prebendas o beneficios eclesiásticos).
En el texto cristiano apócrifo de los Hechos de Pedro se narra una de las leyendas más conocidas acerca de Simón el Mago. Cuando exhibía sus poderes mágicos en Roma, volando ante el emperador romanoNerón en el Foro Romano, para probar su condición divina, los apóstoles Pedro y Pablo rogaron a Dios que detuviese su vuelo: Simón paró en seco y cayó a tierra, donde fue apedreado.[6]
Para el simonianismo, antigua secta gnóstica, Simón Mago era dios en forma humana.
Las distintas fuentes de referencia sobre Simón presentan imágenes muy diferentes de su figura, hasta el punto de que existen discusiones sobre si se refieren a la misma persona. Asumiendo que todas las referencias se refieren al mismo personaje del que hablaron los padres de la Iglesia, la referencia más antigua se encuentra en el capítulo 8 de Hechos de los Apóstoles. El relato habla sobre una persona llamada Simón el Mago que practicaba la magia en la ciudad de Sebaste en Samaria, que fue convertido al cristianismo por Felipe, pero que después trató de comprar a los Apóstoles para que le concedieran el poder del Espíritu Santo.