Satanismo teísta
Parte del sello de Lucifer procedente del
Grimorium Verum, es utilizado como símbolo de Satán por algunos satánicos.
El satanismo teísta[1] (también conocido como «satanismo espiritual» o «satanismo tradicional») es la adoración o veneración a Satán como a una deidad. Comprende varios puntos de vista y puede incluir una creencia en la magia que es manipulada a través de un ritual. Los satánicos tradicionales a menudo encontrarán la inspiración en las fuentes antiguas (procedentes de la Biblia satánica de los años sesenta), como el libro Satanism and Witchcraft de 1862.[cita requerida]
Suele ser el término con que se designa a aquellas formas de satanismo que tienen creencias sobrenaturales y realizan una adoración del diablo y de demonios de forma literal, entendiendo a estas entidades como seres y espíritus reales que existen objetivamente. El término generalmente se acuña para diferenciar a esta forma de satanismo del satanismo simbólico o convexo, principalmente representado por la Iglesia de Satán de Anton LaVey la cual asegura que su doctrina es atea, no cree en la existencia de ningún dios y ve a la imagen de Satán como un símbolo de rebeldía, naturaleza humana y poder, pero no una entidad realmente existente.[2]
Las prácticas religiosas y cultos al Diablo datan desde tiempos muy antiguos y se registran, por ejemplo, en el caso del aristócrata medieval Gilles de Rais. De difícil validación histórica, ya que en épocas oscurantistas cualquier práctica considerada herética o pagana era clasificada, equivocadamente, como satánica (el caso de la persecución de la Iglesia a los templarios), ciertamente hay registros de cultos satánicos a lo largo de la historia por parte de seguidores que creían en la existencia real de las entidades que invocaban, incluyendo al Diablo. Diferentes figuras históricas han sido asociadas con el satanismo, como Elizabeth Bathory, William Blake o Francis Dashwood y su Club Fuego Infernal, su grado de involucración genuina con el culto al diablo es sujeto de debate, y en algunos casos se argumenta que realizaban ritos paganos, esotéricos o simbólicos.
Siendo Antón LaVey uno de los primeros (si no es primero) en, al menos públicamente, definir al satanismo como una religión simbólica donde no se rendía un culto real al Diablo como entidad existente, razón por la cual el uso de la diferenciación en la terminología responde principalmente a la necesidad de separar ambas formas de satanismo; la teísta tradicional de la simbólica.
Luciferismo
El término luciferismo a menudo se utiliza en diversas tradiciones ocultistas y religiosas que analizan la figura de Lucifer como representación simbólica de la sabiduría y el conocimiento ocultos. Debido a la identificación popular entre Lucifer y Satanás es común que se les identifique como satanistas y algunos satanistas se consideren también luciferinos.[4] entre otros simbolismos y mitos característicos del ocultismo occidental.
Paladistas
«Paladistas» es el nombre que se le da a la supuesta sociedad del satanismo teísta, así como a los miembros que pertenecen a ella. El nombre «paladista» procede del término griego Palas (también Pallas) y hace referencia a la sabiduría. [cita requerida]