Historia
En la Costa del Rubicón en el sur de Lanzarote estuvo por lo tanto, la primera catedral erigida en Canarias, gracias a una Bula del papa Benedicto XIII llamada Romanus Pontifex.[3] El nombre Rubicón deriva del latín rubico, estar rojo, debido a la existencia en esta costa de un volcán de color rojizo, la Montaña Roja, visible desde el mar. La fundación del obispado se produce con los primeros asentamientos normandos de la expedición de Juan de Bethencourt y Gadifer de la Salle en 1402 con vasallaje a Enrique III de Castilla, debido a la existencia de buenos fondeaderos, pozos de agua salobre y la posibilidad de cazar focas monje en la cercana Isla de Lobos.
En 1424 el papa Martín V erigió en Betancuria el efímero Obispado de Fuerteventura, el cual englobó a todas las Islas Canarias excepto la isla de Lanzarote.[5]
Más tarde, el obispado de san Marcial del Rubicón sería trasladado a Las Palmas de Gran Canaria en 1483, debido a que Lanzarote estaba muy expuesta a asaltos de piratas y estaba poco poblada. Por esta razón el papa Eugenio IV autoriza el traslado a la isla de Gran Canaria que acabada de ser conquistada. El nombre de la diócesis fue modificado pasando a llamarse Diócesis Canariense-Rubicense, también conocida actualmente como Diócesis de Canarias.[6]
En la actualidad, en El Rubicón de Lanzarote cerca del lugar en donde se fundó este obispado, concretamente en el pueblo de Femés, está la Ermita de San Marcial de Limoges, patrono de Lanzarote y compatrono de la diócesis de Canarias.
Recientemente ha surgido entre la sociedad lanzaroteña el deseo de recuperar la sede diocesana de san Marcial del Rubicón.[8]