Historia
Primer asentamiento europeo
Antes del establecimiento de los europeos hacia el siglo XIX, los Shoshón, los Paiute, y otras tribus de nativos americanos, ya habían habitado en el Valle del Lago Salado desde miles de años atrás.
La primera exploración europea de la que se tiene conocimiento, fue realizada por el misionero franciscano Silvestre Vélez de Escalante y sus hombres aproximadamente en 1776, aunque no se establecieron bases permanentes en ella.
Los primeros colonos que se instalaron en el valle lo hicieron el día 24 de julio de 1847 y eran miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (más conocidos como mormones). Habían viajado a través de la nación en busca de una zona aislada donde poder practicar su religión, distantes de la persecución que habían afrontado en el Este. Cuando llegaron, su profeta religioso, Brigham Young dijo: "Este es el lugar adecuado", que más tarde fue abreviado simplemente a "Este es el lugar".
En el momento de su fundación, la ciudad era parte del territorio de Alta California, correspondiente a México, y tras la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo en febrero de 1848, el territorio es transferido a los Estados Unidos de América. La cesión forzosa fue consecuencia de la derrota en la guerra de intervención, luego de culminar la ocupación militar de Estados Unidos en la capital de México el 14 de septiembre de 1847.
Tan sólo cuatro días después de la llegada al Valle del Lago Salado, Brigham Young designó el sitio para llevar a cabo la construcción de un templo conocido como Templo del Lago Salado, que actualmente es el templo más conocido de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Este templo fue construido en una zona llamada la plaza del templo, situada en el centro de la ciudad. Se tardó 40 años en completar el templo, siendo dedicado el día 6 de abril de 1893. En la actualidad es el edificio más conocido de toda la ciudad.
Siglo XX
Vista de la ciudad en
1912.
En el año 1911 la ciudad eligió por primera vez a un alcalde que trabajó para mejorar las precarias infraestructuras de las que disponía. En el año 1929 la Gran Depresión la golpeó fuertemente e hizo que muchas de las 61.000 personas que por aquel entonces la habitaban, perdieran su empleo y su casa y se vieran obligados a vivir en la calle. Durante la Segunda Guerra Mundial se establecieron bases militares en la ciudad y, al finalizar la guerra, creció rápidamente recuperándose de nuevo su economía.
El siglo XX se puede definir como un período de gran crecimiento para la ciudad tanto económico como poblacional ya que al principio de siglo vivían en la ciudad unas 53.531 personas que poseían una renta per cápita de unos 200 dólares y al final del siglo vivían en la ciudad 159.936 personas con una renta per cápita de 24.000 dólares lo que supuso triplicar la población y multiplicar por 120 la renta per cápita.
Siglo XXI
Durante el siglo XXI la ciudad sigue creciendo y cambiando y el ayuntamiento de la ciudad ha dispuesto una renovación progresiva de los edificios del Distrito financiero para ayudar así a mejorar la economía de la ciudad.
También durante los últimos años el aumento de la inmigración está convirtiendo a la ciudad en una sociedad multicultural en la que conviven un 15% de hispanos que ya son la minoría más importante no solo de la ciudad sino de todo el estado de Utah.