Historia
La ciudad creció como una localidad situada en el centro de las rutas comerciales de Silesia hacia Rutenia, y gracias a esta importancia económica se constituyó como ciudad en 1354 por privilegio del rey Casimiro III de Polonia, aunque durante mucho tiempo la monarquía polca consideró a la localidad como un remoto centro comercial en las fronteras de Rutenia, utilizándolo principalmente para el comercio con el Reino de Hungría. La situación cambió a partir del siglo XVI, cuando se construyó un palacio fortificado de la familia aristocrática de los Lubomirski, junto con una nueva iglesia, lo cual aumentó el prestigio de la ciudad y acrecentó su importancia como mercado.
No obstante, a partir del siglo XIX Rzeszów empezó a perder su antigua importancia comercial, siendo reemplaza por su vecina Przemyśl, que contaba con la ventaja de sus fortificaciones y de su conexión por ferrocarril (de la cual Rzeszów carecía).
Incorporada a Austria tras las Particiones de Polonia, Rzeszów volvió a integrarse en el estado polaco en 1918, pero su despegue económico no volvió hasta que se instaló un área industrial en 1937. La Segunda Guerra Mundial trajo como primera consecuencia el casi total exterminio de la población judía asentada desde el siglo XVI, y que constituía una importante minoría étnica de la localidad. A partir de 1945 se amplió de forma considerable el área industrial de Rzeszów, donde hasta la fecha continua la producción industrial que sustenta la economía de la ciudad.
En 1991, el Papa Juan Pablo II visitó la ciudad de Rzeszów. Más de un millón de fieles llegaron a ella para ver como el Papa beatificaba a Józef Sebastian Pelczar, el obispo de Przemyśl. Al año siguiente, Juan Pablo II trasladó la capital de la Diócesis de Rzeszów, y la Iglesia del Sagrado Corazón pasó a ser catedral.