A la muerte de su hermano Fernando VI de España, Carlos cedió el trono de Nápoles-Sicilia a su hijo Fernando I de Borbón (IV de Nápoles y III de Sicilia) en 1759 para poder ceñirse la corona española. Fernando IV de Nápoles, tras el periplo causado por la Revolución francesa y las Guerras Napoleónicas, regresó al trono napolitano y cambió la denominación Nápoles-Sicilia por la de Reino de las Dos Sicilias en 1816. Su nieto, Francisco II de las Dos Sicilias, perdió el trono en 1860, conquistado por Giuseppe Garibaldi tras la denominada Expedición de los Mil. Con esta conquista, el Reino de las Dos Sicilias dejó de existir como estado independiente.
El origen del nombre Dos Sicilias se remonta a la llegada a Italia de Carlos I de Anjou en 1259, quien recibió Sicilia de la Curia Romana para luchar contra la hegemonía de la dinastía de los Hohenstaufen, del Sacro Imperio Romano Germánico en Italia. Después de la revuelta de las Vísperas sicilianas, ocurrida en el año 1282, el reino fue dividido en dos partes: la isla siciliana quedó dominada por los aragoneses y la parte continental por los Anjou. Ambos reyes se arrogaron el título de Rey de Sicilia. De aquí nacieron las denominaciones Regno di Sicilia al di qua del faro (Reino de Sicilia de este lado del faro) y Regno di Sicilia al di là del faro (Reino de Sicilia del otro lado del faro), en referencia al Faro de Mesina.[4]