La Cueva y su vestigios arquitectónicos
La cueva, de origen kárstica, mide alrededor de 3 km de longitud (Stone 1996:151). Es constituida por una entrada con dimensiones impresionantes; 150 m de largo; 50 m de ancho y 10 metros de alto. La entrada se divide en dos partes; los dos tercios del suelo es plano y ancho y Brady sugiere que : «(…) fue una estructura pública que acogió grandes rituales públicos» (Brady y Villagràn de Brady 1991: 184). El otro tercio consiste de un pendiente arreglado con muros de [mampostería] con el fin de conformar dos terrazas; esta área es llamado Balcón y podía acoger cientos de espectadores (ibid.: 184). El Balcón es la construcción más grande que hasta ahora se haya reportado en una cueva Maya. El último nivel acoge siete tumbas de mampostería, las cuales son las únicas tumbas hasta ahora reportadas en una cueva Maya (Ibid.: 179). Las excavaciones arqueológicas en el Balcón han revelado que su uso ritual intensivo empieza en el Preclásico Tardío (500 a.C.-200d.C.) (Escobedo 1993:126) y culmina durante el Protoclásico (100–400 d.C.) (Ibid.:132). El Balcón acoge dos motivos rupestres mientras que los túneles, a los cuales se accede por el último nivel del Balcón, acogen la mayoría de las manifestaciones
rupestres. fue descubierta por Michael Devine