Miguel Hernández |
Miguel Hernández | ||
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Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Miguel Hernández Gilabert | |
Nacimiento | ![]() | |
Fallecimiento | (31 años) ![]() | |
Causa de la muerte | ![]() | |
Lugar de sepultura | ![]() | |
Nacionalidad | ||
Lengua materna | Española | |
Familia | ||
Cónyuge | (1916-1987)[2] | |
Hijos | Manuel Ramón (1937-1938) Manuel Miguel (1939-1984) | |
Información profesional | ||
Ocupación | ||
Lengua de producción literaria | ||
Género | ||
Obras notables | Cancionero y romancero de ausencias | |
Firma | ![]() | |
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Miguel Hernández Gilabert (
Recordar a Miguel Hernández que desapareció en la oscuridad y recordarlo a plena luz, es un deber de España, un deber de amor. Pocos poetas tan generosos y luminosos como el muchachón de Orihuela cuya estatua se levantará algún día entre los azahares de su dormida tierra. No tenía Miguel la luz cenital del Sur como los poetas rectilíneos de Andalucía sino una luz de tierra, de mañana pedregosa, luz espesa de panal despertando. Con esta materia dura como el oro, viva como la sangre, trazó su poesía duradera. ¡Y éste fue el hombre que aquel momento de España desterró a la sombra! ¡Nos toca ahora y siempre sacarlo de su cárcel mortal, iluminarlo con su valentía y su martirio, enseñarlo como ejemplo de corazón purísimo! ¡Darle la luz! ¡Dársela a golpes de recuerdo, a paletadas de claridad que lo revelen, arcángel de una gloria terrestre que cayó en la noche armado con la espada de la luz!
Miguel Hernández nació el 30 de octubre de 1910 en Orihuela. Era el tercer hijo de los siete que tuvieron Miguel Hernández Sánchez y Concepción Gilabert, y el segundo varón. Su familia se dedicaba a la cría de ganado caprino, lo que motivó que se trasladaran de la casa donde Miguel nació (calle San Juan, nº 82) a una más grande y acorde con el negocio familiar (calle de Arriba, nº 37), ubicada en las afueras. Su padre aspiraba a ascender socialmente, logrando ser nombrado "alcalde de barrio"; su madre, por su parte, era una mujer enfermiza (padecía bronquitis crónica) y a menudo debía guardar cama.
Miguel fue pastor de cabras desde muy temprana edad. Fue escolarizado desde 1915 hasta 1916 en el centro de enseñanza «Nuestra Señora de Monserrat» y de 1918 a 1923 recibió educación primaria en las escuelas del Amor de Dios. En 1923 pasa a estudiar el bachillerato en el colegio de Santo Domingo de Orihuela, regentado por los
Por entonces, el canónigo
Los libros fueron su principal fuente de educación, convirtiéndose en una persona totalmente autodidacta. Los grandes autores del
Su pasión creciente por la escritura le lleva a pensar en comprar una máquina de escribir y dejar de molestar así al vicario, que era quien le pasaba a limpio sus versos. Eladio Belda, administrador del semanario social y agrario El Pueblo de Orihuela, le aconseja comprar una de segunda mano, portátil, de la marca Corona, cuyo precio es de 300 pesetas. Miguel Hernández estrena su máquina de escribir el 20 de marzo de 1931. A partir de entonces, subirá cada mañana al monte, hasta la Cruz de la Muela, con el hatillo al hombro y la máquina de escribir para componer poemas hasta altas horas de la tarde.[6]
El 25 de marzo de
Debido a la reputación que logró gracias a las publicaciones en varias revistas y diarios, el 31 de diciembre de 1931 viajó a
En 1933 se publicó Perito en Lunas, su primer libro. Hernández fue invitado a hacer lecturas de su obra en la Universidad de Cartagena y en el Ateneo de Alicante el 29 de abril de 1933.
Tras aquel prometedor comienzo, marchó a Madrid por segunda vez para obtener trabajo, esa vez con mejor fortuna pues logró ser nombrado colaborador en las Misiones Pedagógicas. Más tarde le escogió como secretario y redactor de la enciclopedia Los toros su director y principal redactor,
Al estallar la
En abril de 1939, recién concluida la Guerra, se había terminado de imprimir en Valencia El hombre acecha. Aún sin encuadernar, una comisión depuradora franquista[13] presidida por el filólogo
Su gran amigo Cossío se ofreció a acoger al poeta en Tudanca, pero este decidió volver a
Cuando estaba en prisión, su mujer Josefina Manresa le envió una carta en la que mencionaba que sólo tenían pan y cebolla para comer; el poeta compuso en respuesta las
Sus restos fueron exhumados en 1984 debido a la muerte de su hijo Manuel Miguel Hernández Manresa el mismo año. Aquella exhumación causó gran revuelo entre un grupo reducido de seguidores de Hernández, que se agolparon el día del entierro del hijo, llegando a besar su calavera o intentar robar un hueso. El ataúd fue preservado para exponerlo en la
En diciembre de 1986, los restos de ambos fueron trasladados a un terreno cedido por el