Suelen contar con compartimentos o bolsillos internos así como correas o gomas para inmovilizar el contenido. En el exterior también pueden incorporar bolsillos de diferentes tamaños para facilitar el acceso a documentos, bolígrafos, prensa, etc. Algunas maletas combinan el uso personal y profesional disponiendo de departamentos para introducir los dispositivos necesarios para el trabajo, como ordenador, USB o tableta así como diverso material de escritura.
Para facilitar la ubicación de los objetos, las maletas cuentan con bandejas o compartimentos interiores o exteriores, con distintos tipos de cierre: de cremallera, con la posibilidad de asegurarla con candado; cierre por correas y hebilla; maleta con cerradura. También pueden clasificarse en:
Por su dureza
Duras, de polipropileno u otro material rígido, apropiadas para facturar en vuelos y para transportar objetos frágiles.
Blandas, de cuero o poliéster. Son más flexibles y resultan adecuadas para introducir ropa delicada.
Pequeña con asa, tipo bolso, para contener cosméticos, genéricamente denominada neceser.
Mediana, para contener lo necesario para dos o tres días de viaje. También se denomina "de cabina" o "maleta de mano", ya que por su tamaño se puede introducir en la cabina de los aviones. [4]
Grande, para viajes de una semana o más. Suelen tener una altura de 65-80 cm y una capacidad que ronda entre los 50-120 litros.[5]