Antecedentes de la obra
Las historias del rey Arturo y los caballeros de la mesa redonda son ampliamente conocidas en el mundo, en gran medida gracias a los trabajos de los románticos ingleses del siglo XIX y a la obra de Richard Wagner. Estos trabajos están basados en las obras escritas que surgieron en Europa entre los siglos XII y XVI; los cuales a su vez se inspiraron en las historias que oralmente formaban parte del folclore medieval. Aunque el nombre de Arturo y referencias a su reinado se encuentran en antiguos manuscritos del siglo XI y principios del XII,[3] Es probable que el escritor francés Chrétien de Troyes se haya inspirado en esta obra para sus relatos, que incluyen también a personajes artúricos. Entre las diversas obras de Troyes, la más famosa es probablemente la inconclusa Perceval, el Cuento del Grial. Troyes murió en 1190. A finales del mismo siglo, Robert de Boron escribió la trilogía Li livres dou Graal, donde las aventuras del rey Arturo y los caballeros de la mesa redonda alcanzan una configuración definitiva.
En el siglo siguiente, concretamente entre 1200 y 1210, Wolfram von Eschenbach retomó al caballero Perceval, para usarlo como personaje protagonista de su poema épico Parzival.[6] Durante los siguientes doscientos años, las pocas obras nuevas sobre las leyendas artúricas alcanzaron escasa relevancia histórica, con excepción de menciones por Dante y Bocaccio.