John Ruskin |
John Ruskin | ||
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![]() John Ruskin, fotografiado en | ||
Información personal | ||
Nacimiento | ||
Fallecimiento | Brantwood, | |
Lugar de sepultura | Iglesia de St Andrew, Coniston, Cumbria, Inglaterra | |
Nacionalidad | Británica | |
Lengua materna | ![]() | |
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John Ruskin (
John Ruskin era hijo de un rico comerciante de vinos, cosa que influyó mucho para que él pudiese viajar a distintos lugares de Europa durante su juventud. Se crió en el sur de Londres y fue uno de los promotores de la constitución de la compañía Ruskin, Telford y Domecq. Con su trabajo influyó notablemente en los gustos de los intelectuales victorianos. Entre sus amistades personales se contaba la familia de
En
Ganó un importante premio con su poema «Salsette and Elephanta» en 1839 y se graduó en 1842. En 1843 apareció el primer volumen de «Modern Painters, by a Graduate of Oxford», en el que Ruskin sostenía la superioridad de los paisajistas modernos sobre los viejos maestros. Descubrió al famoso William Turner, al que dedicó un famoso ensayo. Sucesivos volúmenes dilataron el tema hasta convertir la obra en un amplio tratado acerca de los principios que debían constituir los fundamentos del arte, lo que contribuyó a consolidar su prestigio como maestro
Sacrificio, Verdad, Poder, Belleza, Vida, Memoria y Obediencia. Ruskin considera estas cuestiones como extra arquitectónicas.
En cada capítulo contiene abundantes principios técnicos y agudas observaciones sobre arte clásico y medieval. Ejemplos tomados de obras maestras de la arquitectura francesa e italiana. También sus «Stones of Venice» (1851-1853), obras que analizan la importancia religiosa, moral, económica y política de la arquitectura doméstica.
•Ideas «socialistas de Sheffield
•Fundó la “Company of St George” para la mejora social y las artes útiles, desde donde defendió un Ornamentalismo ligado a la reforma de la sociedad; así como también, defiende la idea de que la restauración de edificios, es una destrucción no sólo para la arquitectura, sino también desde el punto de vista histórico. La restauración de vestigios arquitectónicos, según la filosofía de aquella época (prácticamente filosofías del resplandor del movimiento romántico), lleva a la destrucción de ideas, valores e ideales morales e históricos que nacieron con esos monumentos. Ruskin insiste, en que los estilos arquitectónicos ya existentes, bastan para las necesidades de la sociedad contemporánea; y concluye de manera dogmática, que no quiere nuevos estilos arquitectónicos. Según él, cada estilo arquitectónico debe de someterse a la lámpara de la verdad ( lamp of truth) Para ser aceptado como estilo universal. Para Ruskin, cada obra arquitectónica, debe poder deducirse de la naturaleza en su calidad de creación de Dios; es decir, cuando procede de la naturaleza del hombre, por una parte de sus facultades artesanales y las leyes naturales de los materiales empleados, y por otra, un uso acorde a la naturaleza de los mismos; además, exige sinceridad y amor a la verdad. En el ámbito de construcción, prefiere materiales como la piedra y la madera, y observó que la elaboración de nuevos materiales puede ampliar las posibilidades de la arquitectura; Ruskin solo acepta esos nuevos materiales si son producidos directamente por el hombre de manera natural o artesanal. En su opinión, el uso de estructuras de hierro son una violación a la naturaleza; pero en el marco de una arquitectura meramente utilitaria, Ruskin tolera el uso de estos materiales, otorgándoles una dignidad propia, por lo que establece una diferencia entre la arquitectura como expresión de belleza libre de toda utilidad, y la arquitectura del ingeniero, que es utilitaria; en pocas palabras, son esferas separadas dentro de la misma burbuja de la arquitectura. Los argumentos de Ruskin son estéticos; se basa en la coherencia de los efectos en la pintura, y defiende un ideal de diversidad arquitectónica, desarrolla un abanico de adornos arquitectónicos que van desde lo orgánico hasta formas más abstractas.
La obra de Ruskin destaca por la excelencia de su estilo, rebelándose contra el entumecimiento estético y los perniciosos efectos sociales de la
“La arquitectura no es sólo técnica de construcción, también es arte, es el arte que dispone y adorna a los edificios levantados por el ser humano para el uso que sea, de modo que la visión de ellos contribuya a su salud mental, poder y placer...”
John Ruskin veía en la naturaleza, en las flores y en sus hojas, formas que podían ser llevadas a la arquitectura, y así el hombre podía entablar en el recinto arquitectónico, una sensación de apacibilidad, serenidad y belleza.
Su idea de belleza posee una doble naturaleza: la belleza abstracta de las cosas, sin ninguna consideración más que la forma, y la que se puede reconocer tras un proceso de elaboración y trabajo paciente del artista en la obra (de ahí su gran admiración por
Entabló amistad con los pintores
También es conocida su fascinación hacia la belleza de las niñas. En 1859 Ruskin conoció en una escuela infantil de Wrington a la que será más tarde su esposa,
Señaló a
Como economista y reformador social, se manifestó franco e inflexible enemigo de lo que consideraba egoísta y letal en las doctrinas de la llamada escuela manchesteriana, siendo en esta esfera donde se concentró su serie de cartas dirigidas a los obreros y braceros del