Los artículos en la revista Die Zukunft
El 6 de abril de 1906, Maximilian Harden publicó en su revista Die Zukunft (El futuro) un artículo de opinión con el título Wilhelm der Friedliche (Guillermo el Pacífico). En el artículo, Harden defendía que el gobierno del Imperio no podía llevar adelante su línea política porque, entre otras cosas, los representantes políticos del país, entre ellos sobre todo Guillermo II, aseguraba demasiado a menudo y con demasiada vehemencia a los demás países que Alemania tenía sólo intenciones pacíficas. Sus ataques escritos se endurecieron cuando, poco después del fracaso de la Conferencia de Algeciras —que puso de manifiesto el aislamiento del Imperio alemán—, en una comida privada en el Palacio de Liebenberg perteneciente a Eulenburg, Guillermo II se reunió con el Primer Secretario de la embajada francesa, el conde Raymond Lecomte, encontrándolo simpático.
El 17 de noviembre de 1906, Harden, en un nuevo artículo, responsabilizó al Círculo de Liebenberg de una serie de fracasos en la política exterior alemana, ya que, a través de contactos personales, ejercía gran influencia en la política alemana. Sólo los enterados se dieron cuenta de que Harden se refería a las relaciones homoeróticas que mantenían los miembros del Círculo de Liebenberg. Especialmente claras eran las insinuaciones sobre Kuno von Moltke. Harden recrimina a Eulenburg, entre otras cosas, ser un «tardorromántico enfermizo»[2] En los influyentes círculos de la aristocracia de la corte de Berlín, estas insinuaciones fueron bien comprendidas y causaron gran interés.
Bernhard von Bülow, que era el Canciller imperial en ese momento y que tenía una amistad desde hacía muchos años con Eulenburg, intentó inicialmente evitar la extensión del escándalo y creyó que el interés por las revelaciones de Harden se apagaría pronto. Pero era perfectamente consciente de que la acusación de homosexualidad a un amigo íntimo del emperador desacreditaba la posición del Káiser y que le dificultaba aún más el gobierno, que ya era de por sí bastante difícil. No fue hasta comienzos de mayo de 1907 que los rumores llegaron hasta el mismo emperador Guillermo II a través del príncipe heredero. Este exigió al emperador que suspendiese a los afectados y una aclaración judicial de las acusaciones, lo que generó extensos reportajes en la prensa y el consecuente escándalo.