El turismo es el principal componente de la economía de Andorra. Atractivo para los compradores de España y Francia por su condición de zona franca, el país ha desarrollado un importante complejo turístico muy activo en la temporada de invierno (gracias a los campos de esquí) y, en menor medida, en verano. En el año 2005, el país acogió a 11.049.490 visitantes.[2]
Andorra tiene un comercio muy activo en bienes de consumo, especialmente de productos manufacturados de importación, los cuales, al ser libres de impuestos (duty-free) son más baratos en Andorra que en España o Francia. Como consecuencia, el contrabando es una práctica corriente. El estatus de zona franca de Andorra también ha creado una controversia con respecto a su relación con la Unión Europea. Las negociaciones sobre este tema empezaron en 1987, poco después de la incorporación de España a la UE. Un acuerdo de 1991 puso cuotas para el duty-free y puso límites en algunos productos (principalmente tabaco y bebidas alcohólicas). Aun así, a Andorra se le permite mantener diferencias de precio con los países de la UE, lo que es un atractivo para los visitantes.
El sector bancario, debido a la condición de paraíso fiscal del país, también contribuye sustancialmente a la economía de Andorra.
Aunque menos del 2% de la tierra es cultivable, la agricultura, conjuntamente con la ganadería, eran los principales soportes de la economía andorrana hasta el surgimiento del turismo. La ganaderíaovina ha sido tradicionalmente la principal actividad económica, pero las plantaciones de tabaco son más lucrativas y es a lo que está destinada ahora la mayor parte de la superficie cultivada del país. La práctica totalidad de la comida de Andorra es importada.
Aparte de la artesanía, se fabrica cigarros, cigarrillos y muebles para mercados domésticos y de exportación. Una planta hidroeléctrica en Les Escaldes, con una capacidad de 15 megawattios, provee el 15% de la electricidad de Andorra;[3] el resto de la electricidad consumida proviene de España y Francia.
Desde el 1 de enero de 2002 se utiliza el euro como moneda oficial. Los presupuestos se elaboraban en pesetas antes de la desaparición de la moneda española.