Historia
Los romanos acuñaron el término tinea, que significa "Apolillado", mismo que fue utilizado por Cassius en el siglo V para referirse al cuadro clínico de la tinea capitis quien creía que era causado por insectos o gusanos.[1]
Los primeros trabajos científicos de estas enfermedades fueron realizados por
Remark en 1834, divulgados por
Schoenlein en 1939. Su trabajo sobre Favus describió la enfermedad con una etiología de origen vegetal, sin embargo, no se desarrolló cuando se autoinoculó la misma. Después, en 1841,
David Gruby aisló a
M. canis y
M. audouinii, con esto creó al género Microsporum. También aisló el agente etiológico del favus y provocó la enfermedad en piel sana, hecho de suma importancia por adelantarse 4 décadas a los postulados de Koch.[1]
Sabouraud, discípulo de Pasteur, crea el género
Epidemophyton en 1907 y publica en 1910 su trabajo Las teignes,[1]