Historia
Las primeras referencias escritas sobre Coomonte datan de principios o mediados de la Baja Edad Media, haciendo referencias a la iglesia de San Juan, sus párrocos y a donaciones al monasterio de Nogales. Ya en los siglos XIV y XV se habla en varios documentos del concejo de Coomonte.
En el siglo XVI el concejo contrató al pintor Juan de Holanda para la elaboración del altar mayor de la iglesia parroquial. A lo largo del siglo XVI hombres de armas de Coomonte participaron en las guerras del rey, como demuestran las levas hechas en 1580 para luchar en Portugal a favor de Felipe II.
En el siglo XVII se sabe de una crecida del caudal del Órbigo que causó desgracias y mermó la población a menos de la mitad. Además, se registran varios pleitos de hidalguía.
El Catastro de Ensenada, de a mediados del siglo XVIII, también aporta importantes referencias históricas. Entre otras cosas, informa de la existencia en la localidad de catorce bodegas particulares (hoy en día son muchas más), una taberna, varios jornaleros, profesionales, labradores, miles de ovejas e, incluso, un tamborilero.[3]
Durante la invasión napoleónica, a inicios del siglo XIX, fue incendiada la iglesia, volado el ojo mayor del puente de La Vizana desde el teso y recuperada del río la estatua de San Marcos.
Por otro lado, a lo largo de la Edad Moderna, Coomonte había estado integrado en la provincia de León, tal y como recoge en el siglo XVIII Tomás López en Mapa geográfico de una parte de la Provincia de León.[7]
A lo largo del siglo XX el desarrollo económico, social y urbanístico fue similar al de los pueblos del entorno (alumbrado público, calles pavimentadas, descontrol en la construcción de viviendas con la introducción de materiales y formas ajenas al entorno) desdibujando, en cierto modo, la visión de pueblo tradicional, pero conservando su espíritu ancestral. Tras la constitución de 1978, Coomonte pasó a formar parte en 1983 de la comunidad autónoma de Castilla y León, en tanto municipio integrado en la provincia de Zamora.[8]