Convenciones sobre nomenclatura astronómica |
En la Antigüedad sólo el
La
Algunas compañías venden el derecho de dar nombre a algunas estrellas en sus listas privadas, aunque la UAI (y, por tanto, la mayoría de astrónomos) no reconocen esos nombres como oficiales (aunque estas compañías sí lo hacen).
Según la UAI, aparte de un número limitado de estrellas brillantes con nombres históricos, las estrellas no tienen
Solo hay algunos miles de estrellas lo suficientemente brillantes en el cielo terrestre como para ser visibles al ojo humano, por lo que éste es límite al posible número de estrellas que han recibido nombre por parte de culturas antiguas. Este límite es aproximado, ya que varía según la agudeza visual del observador; pero diez mil estrellas parece ser el límite máximo a lo que es fisiológicamente posible.
A pesar de esto, se estima que el número de estrellas con nombre propio reconocido está entre 300 y 350, la mayoría de las cuales destacan por su brillo o por formar parte de
Con el aumento de las capacidades de los telescopios se han hecho visibles estrellas que no lo eran antes, demasiadas como para tener nombre. En cambio, tienen designaciones asignadas por diferentes
Además, cuando el poder de resolución de los telescopios aumentó, se descubrió que muchos de los objetos que a simple vista vemos como un punto brillante en el cielo son en realidad
Los catálogos más modernos están generados por ordenador, usando telecopios de alta resolución y sensibilidad, por lo que describen un gran número de objetos. Por ejemplo, el
Por último, hay algunas pocas estrellas nombradas en honor a personas.