Catálogos históricos
Muchos pueblos antiguos diferentes compilaron catálogos de estrellas, incluidos el Imperio babilónico, el antiguo Egipto, la Antigua Grecia, China, Persia y el pueblo árabe.
Antiguo Cercano Oriente
Decoración astronómica del techo de la tumba de
Senenmut
A partir de los registros existentes, se sabe que la astronomía egipcia recopiló los nombres de solo unas pocas constelaciones identificables y una lista de treinta y seis decanatos que se usaron como reloj estelar.[2]
Aunque los antiguos sumerios fueron los primeros en registrar los nombres de las constelaciones en tablillas de barro,[6]
Mundo helenístico e Imperio Romano
En la antigua Grecia, el astrónomo y matemático Eudoxo estableció el conjunto completo de constelaciones clásicas alrededor del 370 a.C..[7]
Aproximadamente en el siglo III a.C., los astrónomos griegos Timocares de Alejandría y Aristilo crearon otro catálogo de estrellas. Hiparco de Nicea (c.190 - c. 120 a.C.) completó su catálogo de estrellas en el año 129 a.C.,[13]
Aunque el Vedas, obra de los antiguos astrónomos de la India, especificaba cómo se dividía el eclíptica en veintiocho nakshatra, los patrones de constelaciones indias se tomaron prestados de los griegos en algún momento después de la conquista de Asia por Alejandro Magno en el siglo IV a.C..[14]
China antigua
El mapa estelar de Dunhuang (año 700). La Osa Mayor, Sagitario y Capricornio son reconocibles
Las inscripciones más antiguas conocidas de los nombres de estrellas chinos fueron escritos en huesos oraculares y su fecha se corresponde con la Dinastía Shang (c. 1600-c. 1050 a.C.).[19]
No fue hasta la Dinastía Han (202 a.C.- 220 d.C.) cuando los astrónomos comenzaron a observar y registrar nombres para todas las estrellas que aparecían a simple vista en el cielo nocturno, no solo para las que rodeaban la eclíptica.[24]
Mundo islámico
Los astrónomos árabes publicaron una gran cantidad de catálogos de estrellas durante la Edad de Oro del islam. Estos eran principalmente tratados
Zij, incluyendo las Tablas toledanas de Azarquiel (1087); las Tablas iljaníes del Observatorio de Maraghe (1272); y las Tablas sultanianas de Ulugh Beg (1437). Otros catálogos de estrellas árabes famosos incluyen el Compendio de la ciencia de las estrellas de Alfraganus (850), que corregía el Almagesto de Ptolomeo;[28] Muchas estrellas aún se conocen por sus nombres en árabe (véase
Anexo:Estrellas con nombres árabes).
América precolombina
El Diccionario Motul, compilado en el siglo XVI por un autor anónimo (aunque atribuido a Fray Antonio de Ciudad Real), contiene una lista de estrellas observadas originalmente por los antiguos mayas. El Códice de París, una obra maya, también contiene símbolos para diferentes constelaciones, representadas por seres mitológicos.[29]
Catálogos de Bayer y Flamsteed
Dos sistemas para denominar estrellas introducidos en los catálogos históricos siguen en uso hasta nuestros días. El primero de ellos fue ideado por el astrónomo alemán Johann Bayer (1572-1625), quien lo utilizó por primera vez en su obra Uranometria, publicada en 1603. Este sistema se utiliza para estrellas brillantes, a las que se adjudica una letra del alfabeto griego seguida del genitivo de la constelación a la que pertenecen. Ejemplos de este sistema de denominación son Alfa Centauri o Gamma Cygni. El principal problema del sistema de nombres de Bayer es el reducido número de letras del Alfabeto griego (24), por lo que era fácil quedarse sin letras antes de quedarse sin estrellas que necesitaban un nombre, particularmente para constelaciones grandes como Argo Navis. Bayer extendió sus listas hasta 67 estrellas usando letras romanas en minúsculas ("a" hasta "z") y luego mayúsculas ("A" hasta "Q"). Pocas de esas designaciones han sobrevivido. Pero vale la pena mencionar, sin embargo, que sirvió como punto de partida para la denominación de estrellas variables, que comienza con "R" hasta la "Z"; luego "RR", "RS", "RT" ... "RZ", "SS" , "ST" ... "ZZ"; y más allá, añadiendo más letras cada vez.
El segundo sistema proviene del astrónomo inglés John Flamsteed (1646-1719). Flamsteed mantuvo la regla del genitivo de la constelación para la parte posterior de los nombres de su catálogo, pero usó números en lugar del alfabeto griego para la primera parte del nombre. Ejemplos de este sistema son 61 Cygni y 47 Ursae Majoris.