Taxonomía
Los cálices para el servicio del altar se clasifican en tres tipos:
- consagrados o sacrificales, que se emplean en la liturgia. Son los únicos que están todavía en uso.
- ministeriales, que servían para administrar a los fieles la comunión en la especie de vino.
- ofertorios, que tenían por objeto reunir el vino que los fieles entregaban en el ofertorio de la misa.
Las dos últimas clases no se distinguían de la primera más que por su tamaño y quizás por su menor riqueza, pero dejaron de usarse en el siglo XIII.