Trasfondo y fines del ataque aéreo
Dresde hacia 1900 desde la orilla norte del Elba; en primer plano, el
puente de Augusto; al fondo, la
Frauenkirche y la
Hofkirche; detrás de esta, a su derecha, se ven las dos torres de la Sophienkirche, una iglesia gótica que no se volvió a reconstruir tras el bombardeo.
Vista de la
Altstadt desde la torre del Ayuntamiento (1910).
A principios de 1945, los aliados acordaron realizar un golpe decisivo en la guerra contra Alemania. Los países occidentales habían alcanzado en noviembre de 1944 el río Rin, el ejército soviético había penetrado a finales de enero en la región del Gran Berlín atravesando el río Óder y por el sur se disponía a la conquista de Silesia.[15] Desde el este, millones de refugiados llegaban a Alemania Central. Unidades aisladas del ejército alemán intentaban reagruparse de alguna forma a lo largo del variable frente, mientras el ejército soviético se preparaba en febrero y marzo para lanzar el ataque final sobre Berlín. Por el oeste, el proyecto de los Aliados consistía en llegar a la cuenca del Ruhr.
Por aquellas fechas, la clara superioridad aérea del ejército aliado se utilizaba con el objetivo de preparar el terreno para el ataque decisivo y posterior ocupación de la «fortaleza alemana». Con el fin de destruir objetivos militares, de comunicación, administrativos y de producción, así como de minar la moral de la población, los Aliados llevaron a cabo incontables bombardeos sobre las ciudades alemanas, hasta reducir algunas de ellas a escombros.
Durante el verano de 1944, el alto mando aliado ya había barajado atacar por aire las ciudades del este de Alemania bajo el nombre en clave de Operation Thunderclap, pero el proyecto se había archivado el 16 de agosto.[17] De este modo, la RAF modificó sus planes y Dresde, junto con Berlín, Chemnitz y Leipzig, se convirtió en un objetivo militar de primer orden.
En la Conferencia de Yalta, que tuvo lugar del 4 al 11 de febrero de 1945, los Aliados, a petición de los soviéticos, acordaron llevar a cabo nuevos ataques aéreos en la zona oriental y, por lo tanto, sobre Dresde. Tenían que acabar con un nudo de comunicaciones y un centro productivo de primer orden situado en la retaguardia del Frente Oriental para impedir en lo posible la reubicación de tropas y la llegada de refuerzos a la vanguardia. Al mismo tiempo, los bombardeos tenían el propósito de evitar que el Ejército Rojo sufriese contraataques que ralentizasen su avance, consiguiendo así en última instancia adelantar el final de la guerra.[19]