Etimología
El nombre deriva probablemente del acadio Bab-il («Puerta de Dios»), traducción a su vez del nombre original sumerio de Babilonia: Ka-dingirra(k).[2] En cuanto al origen del lenguaje, en Génesis primer libro de la Biblia, Dios hace al hombre a su imagen y semejanza, dándole con esto también la palabra, pues Dios creó precisamente todo lo que existe mediante ella. También expone que es Adán, el primer hombre sobre la tierra, quien le da a todos los animales el nombre. Dado que se ha privilegiado las explicaciones científicas sobre las bíblicas acerca del ser humano y del mundo, es comúnmente aceptado que esta es una más de las numerosas etimologías populares