Historia
Se erigió el pueblo en época de repoblación, junto a las ruinas de un poblado celtíbero, y a poco se instaló en su término el monasterio de Alcallech, que fue ocupado por canónigos regulares de San Agustín. Después, en el siglo XV, habitaron el cenobio durante casi cien años las monjas bernardas de Buenafuente, que fueron expulsadas de su casa por los frailes de Santa María de la Huerta. Hoy no queda de este monasterio sino unos restos mínimos, apenas apreciables, en el lugar que en el pueblo denominan «las monjas», al pie mismo de la serranía.